Sentido y trama; la realidad psíquica interna de un solitario, perseguido y vigilado.
Entre espacios del sentido y del sinsentido, en la frontera entre lo verdadero y lo falso, se encuentra un territorio devastado en asumida legítima defensa y el lugar de enfrente que genera las peores inquietudes.
Entre la lógica de la alteridad y esa demolición interna, se encuentra un hombre fuera de contexto cargando, sobre su vida, tensión, obsesión y paranoia.
Procesos internos, percepciones, cualquier interpretación equivocada, todo agrega peso a la mochila.
Puertas y ventanas siempre controladas obturando entradas y salidas en tiempos de oscuridad eterna; un pretendido dominio de la situación por vía de destrucción como supervivencia. Esa misma fantasía destructiva y, en algún punto, esa elección, ese destino y esa resignación, despiertan la ilusión de la omnipotencia. El vínculo de un hombre con las cosas; la materialización de los objetos subjetivos.
La exterioridad por fuera del sentido de lo propio.
Mundo y subjetividad; decretos de la mente.
Víctor, perturbado, encara la búsqueda de evidencias conducentes a justificar su estado de permanente desconfianza; así se orienta a interpretar signos que le permitan confirmar conjeturas y prejuicios en función de esa manía persecutoria.
Víctor se siente acechado, inseguro; se pone a la defensiva de manera constante.
Hay temas inconscientes que se corresponden con una situación relacional del pasado. Y hay deseos que pueden reactivarse y ser parte de una transferencia.
Víctor se dedica a reparar proyectores cinematográficos y, además, entre sus cosas conserva un telescopio que le permite observar la alineación de Marte, para poder seguir sus pasos.
Un proyector, un telescopio y una situación del pasado que, precisamente, se proyecta a una compleja constelación de relaciones presentes. El proceso proyectivo y la proyección de las sombras; las culpas, los miedos.
Víctor camina en círculos. Él, desde niño y por temor, archivó en su cabeza el mandato de ejercer, obsesivamente, un control sobre las cosas. Pero no es lo único que Víctor archivó.
Quisiera comenzar esta entrevista preguntándote por el tema elegido.
Me parece que la novela puede leerse en más de un nivel temático. Y creo que la lectura de cada lector trazará distintos recorridos. La idea era trabajar la paranoia y la extinción pero con la escritura aparecieron otras líneas constitutivas del libro que de alguna manera ya estaban contempladas como potencia en las escenas e imágenes iniciales que tenía en la cabeza al momento de pensar la novela.
“Se ha demostrado con el pez rojo que el aislamiento aumenta la actividad y el consumo de oxígeno…” y, más adelante: “Como si Víctor fuera un pez rojo, el aislamiento aumenta su consumo de oxígeno, parece caer al fondo del mar con cada hora de soledad y encierro”.
Hablemos del título de la novela.
Creo que subrayaste dos citas precisas sobre el nombre del libro. Me interesaba la idea de que la soledad aumenta la actividad. Se tiende a pensar, por sentido común, que el que está solo baja su nivel de actividad, que no hace nada. Y cuando leí sobre el comportamiento del pez rojo me interesó para la novela. Sin dudas Víctor respondía a ese patrón de comportamiento. Si una de las ideas era observar a un hombre solo, qué hace alguien que en apariencia no hace nada, esa idea sobre el pez rojo venía a demostrar que el encierro y el aislamiento del personaje, por el contrario de lo que podría pensarse, aumenta sus actividades.
¿Cómo se constituye la relación que Víctor sostiene con el mundo?
Es probable que buena parte la respuesta a esta pregunta sea lo que intenta problematizar en ciertos momentos la novela. Sin dudas es una relación de tensión. Víctor logra constituir una relación en base a procedimientos y formas de actuar precisas que le permiten hacerse un lugar en el mundo, hacerse un lugar propio. Un poco la paranoia, por ejemplo, es para Víctor una de las formas de estar en el mundo.
En esta historia aparece un cuaderno de lectura; ¿qué podés adelantar al respecto?
El cuaderno que Víctor encuentra y que lee de forma recurrente es un elemento que creo da sentido, hace cierto eco con lo que trabaja la novela. Por un lado el tipo de datos que ahí se guardan sobre el comportamiento de los animales ,y por otro, cuáles pueden ser los efectos de la lectura.
¿Qué decir del vínculo de Víctor con las cosas, los objetos?
Los objetos tienen un rol importante para mí en la escritura, ya lo había sido en El modelo aéreo y lo ha sido también en El pez rojo. Me interesa la forma en que los objetos pueden hablarnos de manera indirecta de alguien, por la clase de objetos que tiene, por el estado en el que los guarda o las marcas que llevan. En el caso de Víctor hay una particularidad y es el hecho de que necesita nombrar el objeto para terminar de materializarlo. Creo que es un poco ese el sentido que se arma entre Víctor y las cosas.
Miedos y riesgos, ¿cómo giran alrededor del protagonista? Hablemos de las alertas, de los recaudos y controles; de la despensa segura, del candado, de las luces apagadas, del mecanismo para abrir las ventanas; de las condiciones necesarias de objetividad, del sentido y del sinsentido; de un pretendido dominio de la situación.
Sí, hay por parte de Víctor una necesidad de tener la mayor cantidad de variables bajo control. Y en ese sentido es que proceden las distintas escenas que enumeras. No creo que se deba a una condición de objetividad. Se trata de recaudos, de una reducción de daños. Podría decirse que esa forma de proceder de Víctor es su grado cero. Hay una serie de amenazas, que cada vez se hacen más profundas, que hostigan a Víctor. Sus alertas y controles son un modo de generar cierta inmunidad.
¿Qué decir de la destrucción como supervivencia?
No sé si podría decir algo sobre eso. Quizá sea una lectura posible del libro pero no la que en principio yo puedo orientar. Hay una demolición interna y hay ruinas, creo que es parte de la misma degradación que sufre Víctor. Que haya tirado las paredes internas es otra forma de tratar de hacerse un lugar a su medida, a sus necesidades, a sus obsesiones.
¿Qué pensás de los decretos de la mente en este caso puntual?
Era un punto que me interesaba. Esos mandatos inevitables, las tareas u órdenes que se le imponen al personaje. El mismo Víctor crea esos decretos. Me interesaba la idea de cuando uno se impone un mandato y que encuentra un argumento para sostenerlo. Es parte de la lógica de comportamiento de Víctor.
Autoestima y sociabilización; ¿cómo se relaciona una cosa con otra?
Para ser sincero, no tengo idea. No quiero caer en reduccionismos psicológicos ni que se vea a la novela como un caso clínico (aunque sería legítimo que alguien la lea de ese modo). Creo que Víctor tiene ciertos inconvenientes en los dos puntos. Desconozco la relación entre uno y otro. Pienso que la autoestima de Víctor es el resultado de una educación sentimental de la que hay algunas escenas en la novela (cuando intenta ayudar a su padre con un auto). Y lo mismo sucede con los lazos que tiene con otros (por ejemplo, desde niño sus amigos suelen ser personas más grandes, tiene cierta dificultad para empatizar con sus pares)
Si hablamos de frustración, en el caso de Víctor; dónde deberíamos poner el foco.
Creo que cada lector pude poner el acento o el énfasis en distintos lugares, creo que ese es uno de los puntos más interesantes de lo que podría llamarse una “lectura crítica”. Esas lecturas, como decía Barthes, que de alguna manera complementan y continúan el libro, que pueden esclarecer ciertos pasajes y oscurecer otros, que traza un recorrido posible. La frustración se presenta cuando Víctor no puede reparar uno de los proyectores, ahí hay un quiebre.
Él tiene un archivo, desordenado, en la cabeza y otro, tangible, que está en su casa. ¿Cuál cobraría mayor importancia en esta trama?
No sé si soy yo quien deba responder eso. En principio pienso que los archivos son igual de importantes, que se enfrentan como en juego de espejos o como el negativo y positivo de una cinta de celuloide. Creo que la importancia mayor de uno u otro depende de ciertos momentos y contextos, tienen constituciones y objetivos (por decirlo de alguna manera) distintos. Me parece que la idea de archivo es interesante, de lo que se acumula y se clasifica, de los distintos efectos que tiene esa práctica.
Queda claro que la personalidad compleja de este hombre fue tomando cuerpo desde su infancia y que, tanto la familia como la escuela hicieron, obviamente, su respectivo aporte. Hablemos de ello, en este caso puntual, pero también haciéndolo extensivo a un panorama general.
Creo que la familia y la escuela son instituciones y espacios de formación y construcción de la identidad muy fuertes, no estoy descubriendo nada nuevo. Son espacios de socialización y de constitución del sujeto. Pero en el caso de Víctor, como en el de la mayoría de nosotros, creo que sería un error reducir educación a la escoralidad. Me interesaba saber cuáles eran esas otras lecturas y prácticas que habían educado a Víctor.
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