Inscrita en el género del  fantasy nacional, esta saga consta de cuatro novelas. Las dos primeras publicadas en 2014 por la Editorial Thelema, fundada por las mismas autoras, son “Aquelarre La Isla del Fuego” y “Aquelarre La Isla de la Tierra”. Ambas novelas proponen al lector un mundo donde la magia, la astrología, los clanes familiares, la mitología y el suspenso se entrecruzan detalladamente en la construcción de ambas novelas, provocando finalmente una gran expectativa por la aparición de los dos libros restantes componentes de la saga.

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La saga que comienza  con “Aquelarre, La Isla de Fuego” y continúa con “Aquelarre, La isla de la Tierra” luego será concluida  por “Aquelarre, La Isla en el Aire” y “Aquelarre, La Isla bajo el Agua”, estos dos últimos títulos próximos a publicarse. En el desarrollo de los textos se plantea de base la discusión destino/libre albedrío… ¿Para ustedes el destino está escrito o las decisiones podrían modificar el curso de los acontecimientos?

Fernanda: Hola! Primero que nada, agradecemos el habernos convocado para ser entrevistadas por ustedes. Nos hace muy felices.

Voy a contestar como autora ya que es uno de los temas centrales de la saga el cómo ver y actuar frente al destino escrito o no, dependiendo desde que punto de vista se lo vea. Soy una ferviente seguidora de la conexión con el centro tierra y la fuente universal, y de los terceros entramados que generamos con todo y todos lo que nos rodea. Creo que a partir de estos devenires, nuestras elecciones, acciones y forma de fluidez energética entre otras cosas, es que se va gestando nuestro destino a cada paso. ¿Escrito? Sí, lo vamos escribiendo a medida que avanzamos. Por otro lado me considero una verdadera Thelematica en su ley “Haz tu voluntad” y todo lo que esto implica. No es solo un “hacé lo que se te cante”, va mucho más allá de eso nuestro libre albedrío, y en la saga lo plasmamos tanto en detalles casi imperceptibles, como en grandes acontecimientos.

Vanesa: Yo creo que el destino está escrito, aunque nosotros pensemos que lo vamos escribiendo a medida que avanzamos. Lo que tiene que ser, será. Y siempre se va a dar de una forma u otra. Podemos retrasar ese destino, bordearlo, buscarle una alternativa… pero al fin de cuentas, se cumplirá. Por eso es que prefiero vivir el presente, sin pensar demasiado en el futuro.

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Vanesa O´ Toole y Fernanda Bertonatti

 

El título de las cuatro novelas ya nos anticipa la fuerte presencia de un conocimiento muy específico vinculado con la astrología. Los cuatro elementos (fuego, tierra, aire y agua) son fundamentales en el desarrollo de la trama de esta historia, y son los regentes de los doce signos zodiacales. Amén de otros fenómenos como un eclipse o el conocimiento del tarot. ¿Qué reflexión pueden aportarnos al respecto?

Fernanda: Siempre decimos que la saga está dividida en estas cuatro islas regidas por los elementos de la naturaleza, porque elegimos la senda del Cuaternario como base para nuestra historia. En los tomos venideros conocerán las restantes sendas mágicas que se interrelacionan con el cuaternario: Ternario, Binario y Eremismo. Nos gusta decir que si rehiciéramos las portadas y el Ternario hubiera sido la elección, el primero sería Orden, los dos del medio Entropía, y el último un completo Caos.

Por otro lado, en Aquelarre los conceptos que deseamos plasmar, están aplicados y explicados para que el lector posea los mismos conocimientos que los personajes a lo largo de la saga. De esta manera, el que ya trae conocimientos previos sabrá ver un tanto más allá y, el que no, podrá seguirla a la perfección y quizás hasta terminando con sed de estudiar alguna disciplina J

Voy a tomarme el atrevimiento de adelantar que la astronomía rige nuestro elemento Aire. No trata solo de viento, sino del cosmos mismo. Por lo cual lo que se viene traerá mucho de esto entre ¡varias sorpresas más!

Vanesa: Como bien decía Fer, el Cuaternario es una de las sendas mágicas que está en conflicto en nuestro mundo fantástico con otras sendas, iguales en importancia. Cada personaje es regido por un Elemento y, a su vez, puede presentar afinidad con los otros. Esta senda es la más fácil de reconocer, ya que el adepto sabe de antemano qué Elemento lo rige a través de su signo zodiacal y su ascendente. Pero uno de los preceptos más interesantes de la Magia es: “conócete a ti mismo”. Al aplicar este precepto es cuando el adepto se da cuenta a qué senda pertenece en realidad y reconoce en sí mismo las vibraciones que lo llevan a actuar de cual o tal manera. Por eso en nuestra saga no hay personajes buenos ni malos, sino que son todos seres complejos que el lector deberá aprender a conocer a lo largo de los cuatro volúmenes. Como siempre decimos, a aquellos a los que aman los van a terminar odiando, y a los que odian, los van a amar. Es parte del conocimiento interno de estos personajes y de su humanidad, que la tienen, y en demasía.

La multiplicidad de personajes que participan en el comienzo de la historia transmiten sus saberes a través de generaciones: la Alta Magia, el misticismo y las ciencias ocultas.  ¿Cómo fue el abordaje de la construcción narrativa?

Fernanda: Todo lo plasmado en la saga son conceptos estudiados e investigados por nosotras las autoras, y luego aplicados según la ficción que estamos desarrollando. Al principio habíamos comenzado escribiendo la segunda saga BANSHEES, pero luego nos dimos cuenta que debíamos arrancar por el comienzo y AQUELARRE ganó la batalla. La segunda saga es aún más compleja y es por eso que esta primera “enseña”, por así decirlo, ciertas cosas que en la segunda ya se verán directamente aplicadas. Lo que los personajes dicen, como, donde y cuanto, aunque suene extraño, nos lo dictan ellos mismos. Ellos son los que nos guían en el devenir de la historia y nos cuentan la propia haciendo que todo sea posible. Nosotras plasmamos ese dictado en papel.

Vanesa: Con mucho estudio y conocimiento previo, ya sea de la temática y los conceptos a desarrollar durante toda la historia, como de los personajes mismos. Esta saga nos llevó quince años en publicarla. Fueron quince hermosos años de lectura, reflexiones, charlas filosóficas con amigos… Y después de publicado el primer volumen, el mundo ficticio se amplió aún más y los personajes confiaron en nosotras para contarnos sus secretos. Por eso, a partir del segundo volumen, nos vamos adentrando cada vez más en la psicología de los personajes, en sus historias personales, en sus miedos, sus anhelos… El abordaje de la construcción narrativa fue arduo, ya que tuvimos que tomar decisiones. Y finalmente convenimos en que lo mejor sería contar la historia en dos tiempos, un presente que derive en un futuro nefasto y, a partir de ahí, en posibilidades infinitas. Sí, nuestra saga requiere de mucho entrenamiento al lector, jeje.

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Los temas vinculados con las creencias religiosas, a saber, la reencarnación en nuevas vidas, la existencia de seres vampirezcos y las apariciones fantasmales,  se entrecruzan con relatos míticos (“Conócete a ti mismo”) y ritos iniciáticos (“Purificación” y “Despojo de lo material”). Los estudiantes de Magia que pretenden consagrarse buscan el “Equilibrio”. ¿Cómo manejan estéticamente estos recursos para conectarlos en la trama textual?

Fernanda: Juro por Dios que se nos muestra mentalmente cual escenas reales. Como si abriéramos una ventana a las islas y el continente de manera constante. Lo que siempre nos saca una sonrisa, es que ambas vemos exactamente lo mismo. La inscripción en la entada al colegio, las fogatas de desbanalización, ¡las islas en sí! Todo es perfectamente compartido.

Vanesa: Creo que los colores, aromas, sonidos y texturas ayudan a la hora de bajar al papel lo que queremos contar. No es lo mismo hablar de La isla del Fuego, que es la más “normal” de las cuatro islas por ser el nexo entre el continente y el mundo mágico, que referirnos a la selva de La isla de la Tierra, con su humedad, sus lluvias constantes, sus portales mágicos y los planos alternos que conviven en un mismo espacio físico. Ni hablar de La isla en el Aire, con su tecnología y su maravilloso cosmos, ni de La isla bajo el Agua que, como bien dice su nombre, nos sorprenderá con sus secretos en las profundidades oceánicas. Para trabajar bien la estética de tan diferentes paisajes es necesario buscar referencias que disparen no solo la imaginación sino también la memoria sensitiva para poder finalmente crear. No podemos hablar de una selva si nunca estuvimos en una o del interior de una cueva, si jamás tuvimos esa experiencia. Los viajes sirven justamente para eso. Para conectarse con las sensaciones y después transformarlas en escritura. En las últimas dos islas, apelaremos más a la imaginación, pero de todas formas necesitaremos un disparador que nos ayude a conectarnos con las sensaciones para poder volcarlas al papel

En la primera novela los cortes y vaivenes temporales entre dos etapas definidas se hacen necesarios para crear suspenso en la historia. Luego la segunda novela transcurre en un tiempo continuo de duración anual. ¿Cómo están preparando los dos próximos libros a publicarse? ¿Cómo funcionará la temporalidad?

Fernanda: Es todo un misterio justamente por lo antes mencionado. Nos pasó en la isla de la Tierra el tener diagramada gran parte del libro y en medio de una charla de café, surgir capítulos inesperados en formato. No sabíamos si el 2037 aparecería o no, y sin embargo lo hizo a su forma. El tercer tomo trae sorpresas no solo temporales. Dejo el tema en suspenso porque sería spoilear demasiado, pero créannos que se vienen vaivenes interesantísimos que hasta nos hacen diagramar mapas a nosotras mismas. Con respecto al cuarto, tomando al Ternario, es completamente Caótico. Así que esperen saltos por doquier y atención extrema para no perderse detalle.

Vanesa: Si bien la gran parte de La isla de la Tierra transcurre en 1997, hay momentos en que se presentan tramas del 2037 e, incluso, de 1969. Por estas cuestiones es que necesitamos de a poco entrenar a los lectores. En el primer volumen les dimos dos líneas temporales, para que puedan meterse en el mundo de Aquelarre. En el segundo volumen, les dimos tres. En el tercero los vamos a pasear no solo por el futuro sino también por el pasado, porque ahí es donde se gesta las características de los personajes que los hacen actuar de tal o cual forma. Y en el cuarto libro, no solo los vamos a pasear por pasado, presente y futuro, sino también a través de instantes. Como bien decía Fer más arriba, el cuarto es puro caos. Así que, vayan agarrándose.

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¿Cómo surge la idea de incluir dibujos y gráficos en las novelas?

Fernanda: A nuestros 15 años de edad, queríamos hacer de esto un comic. Luego de mucho tiempo decidimos que se transforme en novela, y luego la novela por sí sola pidió saga. Creo que hay un poco de esa nostalgia de desear que distintas imágenes se hagan presentes en el libro, entre tantas otras cosas, siendo también una ventana a la islas.

Vanesa: Es difícil el tema de los dibujos. Porque si bien queremos darle al lector un pantallazo de los lugares físicos en donde transcurre la acción, también nos gustaría mostrarles cómo son los personajes que protagonizan nuestra historia. Sin embargo, no encontramos un dibujante que haga a Candra, por ejemplo, tal cual la tenemos Fer y yo en nuestra cabeza. Por eso verán que en los libros no hay dibujos de personajes o, si los hay, están de espaldas y no se les ve el rostro. Ahora estoy haciendo un taller de ilustración para el día de mañana poder mostrar estos personajes como realmente son. De a poquito voy bocetando y los voy subiendo a nuestra fanpage, así que si quieren ir conociéndolos, los invito a sumarse a www.facebook.com/aquelarrelibro.

Ustedes mismas han armado su propia editorial Thelema y son miembros del E.L.F.A. (Escritores de Literatura Fantástica Argentina). ¿Cómo fue para ustedes la experiencia de la autogestión?

Fernanda: Fue y sigue siendo un descubrimiento tras otro de cosas maravillosas. Aprendimos muchísimo de este camino que recorremos y nos cruzamos con gente realmente admirable en talento y buena onda, ya sean autores o lectores. Adoramos el poder tener trato cara a cara con los lectores y compartir una amistad que crece día a día con nuestros colegas de ELFA, compartiendo los mismos códigos y luchas. Thelema como editorial, es más que solo eso. Si bien al comienzo fue un tanto el vernos publicadas, hoy en día cada vez más autores autogestivos de todo tipo de género, se acercan a nosotras para editar con Thelema, lo que nos hace realmente felices al ver la realización de ese sueño por el que tanto luchamos nosotras, plasmado en nuestros compañeros de letras.

Vanesa: No es fácil la autogestión. Implica mucho sacrificio, mucho esfuerzo, una voluntad inquebrantable y una sonrisa en las buenas y en las malas. Solo el que transita este camino puede entenderlo realmente. Creo que por eso encontramos una enorme placer al trabajar en la editorial, porque es nuestro granito de arena para ayudar a otros a atravesar este camino que nosotras ya conocemos de antemano. A través de la editorial y de ELFA, nos atrevemos a andar este trayecto en compañía, compartiendo experiencias con colegas y nutriéndonos mutuamente en el día a día. La autogestión, para mí, es la forma de cumplir un sueño. Porque los sueños no se cumplen mágicamente. Hay que trabajar en pos de ellos y poner todo de uno mismo. Por eso, por más que sea un camino arduo, cansador y difícil, no lo cambio por nada. Cuando los lectores se suman a nuestra fantasía, cada uno a su manera, ahí te das cuenta que ésa es la mejor recompensa que se puede conseguir. Y te da ánimos para seguir adelante y de saber que estás yendo por el camino correcto.

Además de la publicación de los dos últimos libros de la saga, ¿qué otros proyectos comunes o individuales tienen en camino?

Fernanda: La segunda saga, por supuesto (BANSHEES), y varios derivados de ambas, que paralelamente irán saliendo a la luz.

Fuera de lo compartido, que de seguro será mucho más que Aquelarre y Banshees, ya que además de ser amigas, nos gusta trabajar y vibrar juntas, tengo varios proyectos de cuentos o novelas históricas, así como también quizás alguna narrativa fantástica, que revolotea por mi mente de vez en cuando.

Vanesa: Proyectos tengo muchos; tiempo, poco. Así que por ahora me dedico a terminar la saga Aquelarre y, en mis ratos libres, me dedico a hacer otras cosas que me llenan el alma (el taller de ilustración en este momento, clases de teatro, de guión, etc.).

Hace poquito comencé a sentir un cosquilleo en el pecho al pensar en una historia que tengo trabajada hace años. Ese cosquilleo, en mi persona, se llama inspiración. Y es la señal para comenzar a escribir. Así que, mientras trabajamos en La isla en el Aire, estoy trabajando en esta novela que no tiene absolutamente nada de fantástico. Está basada en el mundo real, con problemáticas reales y de índole ambiental y política. Ése es mi próximo proyecto a realizarse.

Si hay otro proyecto más que me depare el destino, lo conoceré a su tiempo.

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Sobre El Autor

Abogada egresada de la UBA en 2004. Estudió Licenciatura en Letras en la UBA desde 1995 hasta 2000. Recibió el premio "Proyecto de Investigación sobre el Discurso Jurídico" otorgado por el Dr. Germán Bidart Campos, titular del Instituto de Investigaciones Ambrosio Gioja de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UBA. Integra el Programa de Literatura de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno

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