Si bien el manga ha conquistado, en la última década, al gran público consumidor de cultura pop de nuestro país, lo cierto es que poco material nos ha llegado de lo generado por fuera de las producciones más mainstream. Los trabajos de Shigeru Mizuki son un buen ejemplo de estas destacadas excepciones.
Mizuki (Shigeru Mura) nació el 8 de marzo de 1922 en Sakaiminato, un pequeño pueblo pesquero de Tottori. Durante su niñez tomo contacto con el folclore tradicional de las islas a través de los relatos y las creencias de su abuela. El componente mágico, vivido de manera experiencial y no como mera reflexión antropológica, pasará a formar parte integral de su concepción artística y es uno de los elementos más característicos de su voz. A los veinte años es enrolado por el ejército y enviado a servir a la jungla de Nueva Guinea, en donde será testigo de uno de los pináculos de violencia y sin sentido de la historia. Como parte de esta experiencia Mizuki contraerá malaria, perderá su brazo izquierdo durante un bombardeo y asistirá a la muerte de la mayor parte de su compañía. El Thánatos exacerbado de la guerra también dejara su marca en la obra del autor, pero no en la forma de una estetización de la violencia sino desde un costado más reflexivo, su voz y sus historias brillan con una mirada piadosa y profunda acerca de la dimensión humana y sus dislates. Recién en 1957 Mizuki comienza a dedicarse al mundo de la narrativa gráfica y no tarda en convertirse en uno de los mangakas más destacados del panorama internacional y uno de los narradores de historias más celebrados de Japón.
El volumen 3, CALLE DE LOS MISTERIOS está compuesto por siete historias de corte fantástico que abordan, desde el extrañamiento poético, la reflexión sobre la finitud del ser y el más allá. Un farmaceuta dedicado a encontrar la fórmula de la inmortalidad que se transporta a un plano diferente de existencia; un niño se contacta con su hermana muerta a través de un portal hacia el purgatorio; un templo budista en donde se han subvertido las enseñanzas canónicas en pos de la búsqueda de la eternidad, un huérfano que retoma el contacto con sus padres transformados en yokai; un fanático del manga víctima de espíritus vengativos; un fantasma enamorado y un mangaka asediado por los yokai massmedia, son los protagonistas que dibujan desde el humor negro, la religiosidad, el folklore y la crítica mordaz, una vindicación de la vida. Una piadosa defensa de la trascendencia humana ligada, de forma ineludible, a la belleza de lo efímero.
3, CALLE DE LOS MISTERIOS
Autor: Shigeru Mizuki
Traducción: Alberto Sakai
Editorial: Astiberri
238 páginas
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