Wataru es un niño japonés no muy popular, aunque tampoco víctima de bullying: es alguien promedio. Con pocos amigos, no suele ser un gran amante de socializar con el resto de sus compañeros y sólo posee un único verdadero amigo. Hijo único, sus padres llevan una vida familiar tradicional pero con una brecha invisible entre ellos, que comienzan a separarse en la medida que la historia avanza: el padre cada vez llega más tarde a la casa, la madre se muestra más preocupada por Wataru y por no molestarte al padre, y Wataru comienza a sentir ese pesar. En ese avance Wataru se pregunta por un edificio abandonado a medio hacer, y se encuentra con que muchas veces intentaron continuar y por diversos motivos no se pudo.

Una noche, Wataru se encuentra con el dueño y arquitecto del edificio, y con su hijo y hermosa hija, quien se encuentra postrada en una silla de ruedas, sin siquiera emitir reacción alguna.

Este edificio misterioso no es más que el puntapié inicial de eventos fantásticos en la vida de Wataru, llevando a un clímax en el que decide cambiar el destino de su vida: es ahí cuando se abre la puerta al mundo de Visión, que de llegar a la Torre del Destino, la diosa de aquel mundo le concederá un deseo…

Una obra genial por su belleza, su simbolismo, su historia. Bebe de grandes influencias como La historia interminable, Harry Potter y Las crónicas de Narnia, pero también se distancia y mucho con su enfoque original.
La edición en español fue dividida en dos libros: Brave Story – Un nuevo viajero y Brave Story – La torre del destino. Y el libro en su totalidad consta de dos partes: la primera en la realidad, que tiene muchas de las falsedades de la cotidianeidad, y la segunda en la fantasía, que tiene más verosimilitud que la realidad misma.
Como dije antes, la historia de Wataru no es la meta final, sino su viaje, y eso es lo que hace tan bello a este libro en su totalidad. La cantidad de metáforas, de consejos, de modos de ver la vida, lo hace un must read para cualquiera (no me extraña que haya obtenido el premio en EEUU a mejor obra infantil en no-ingles).
La cantidad de referencias que se encuentran a los clásicos JRPG, sumado a la profundidad de las metáforas y las relaciones entre visión (el mundo imaginario) y la realidad, produce un viaje de enormes implicancias para el protagonista y para el lector que sigue su viaje. Y, al final, se guarda unas cuantas sorpresas que me rechazaron de una manera soberbia mis pronósticos.
En fin, ¡una genial y entretenida aventura!

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Brave Story: Un nuevo viajero

Autor: Miyuki Miyabe

Traducción: Eva González Rosales

Editoral: Quaterni

538 páginas

 

 

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