Una de las evidencias más fuertes de que los años más dolorosos de la Argentina aún no se han olvidado es la numerosa producción artística que sigue retomando el tema de la dictadura. Dicho en estos términos, tema de la dictadura resulta genérico pero, efectivamente, durante los años de terrorismo de estado son innumerables las individualidades afectadas por los siete años de dictadura declarada y los años anteriores en que ya las fuerzas parapoliciales sembraran el terror en el país.
Dando imagen a lo que fue ocultado durante esos tiempos, el cine construye documentos que invitan a pensar y colaboran a (re)construir el imaginario colectivo. Así, los que no hemos vivido esa época, accedemos al horror desde el documento fílmico. Desde el fin del gobierno militar hasta hoy son cientos las películas nacionales y extranjeras que abordan el tema. Con este trasfondo y en la situación política, económica y cultural que transita hoy nuestro país, llega a los cines locales Operación México, un pacto de amor, escrita y dirigida por Leonardo Bechini a partir del libro del ex-canciller Rafael Bielsa publicado en 2014, que cuenta con el relato de Jaime Dri sobre lo vivido en la Quinta de Funes.
La película aborda un episodio real conocido por muchos, pero eludido por muchos otros e incluso desconocido por algunos; la historia de Tulio “Tucho” Valenzuela, militante de alto rango en Montoneros a quien le secuestran a su mujer embarazada de mellizos y a su hijo nacido para extorsionarlo y lograr así que él viaje a México para entregar a Firmenich ante los militares que lo acompañaban en su viaje y lograr matarlo. En este sentido la película hace foco en la decisión del militante y su mujer ante el “pacto” que propone Galtieri para liberar a la familia de Valenzuela. Con un romanticismo exacerbado que por momentos resulta absurdo y ridículo, no queda claro el objetivo de la película fuera de lo documental, en caso de entrar a verla sin información previa sobre su contexto de producción. Si bien la figura de Firmenich es en la actualidad por demás cuestionada y hasta algunos se permiten afirmar que el asesinato de Aramburu fue por encargo de Onganía, lo cierto es que la película deja en claro un asunto no menor: Firmenich no recibe ni en Cuba ni en México a quien sacrificó su vida y la de los suyos en nombre de la causa montonera movido por el deseo patriótico de dejarle a los niños, como su hijo ya nacido, un país mejor. Lo concreto es que a este mártir de la operación retorno lo degradan en cuatro rangos y le facilitan la entrada a la Argentina entregándolo a la muerte. Entonces es aquí donde nuevamente llama la atención que esta película se presente en este momento. El hecho es verídico, pero la moraleja ¿cuál sería? No hay esperanza, parece ser la conclusión, porque ya desde los primeros minutos del film seremos testigos de cómo los miembros de alto rango de la Orga se bañan en la pileta de la Quinta de Funes junto a las mujeres de los militares, “quebrados”, dispuestos a entregar a sus pares y con la entereza necesaria para amenazar a los compañeros que no estén dispuestos a colaborar con los dictadores.
Operación México corre la mirada de la teoría de los dos demonios, hace responsable a todo el pueblo de la sangrienta dictadura al decir en boca de Galtieri, interpretado por Héctor Calori, hablando a “Tucho” una clave fundamental, “ustedes se mandan las cagadas y el pueblo nos llama a nosotros para que lo solucionemos”. Dejando en claro que para que ellos detenten el poder es imprescindible el apoyo popular. En el film, militares y militantes hacen repasos en números de las bajas habidas y por haber, y para el espectador cobra magnitud de la masacre. Por otro lado es valioso el contexto que envuelve los hechos tomados por el film, ya que no son muchas las películas que focalizaron en la época del retorno, cuando se hizo creer a quienes habían podido huir, que las condiciones para la Revolución estaban dadas y por lo tanto había que volver para pelear, en este sentido Infancia Clandestina (2011) fue pionera, pero eligió a un niño como protagonista y a través de él el mundo de los adultos es lejano, heroico y atemorizante, pero no se develan traiciones en los altos mandos, sino que se profundiza en las condiciones de vida de esas familias.
En Operación México los héroes serán Valenzuela y su grupo familiar, en ellos se ve la puja entre salvar lo individual o luchar por lo colectivo, a su vez en ellos se encarnan todos los que formaron parte de la operación retorno en el año 78´, mientras Firmenich en el exilio daba órdenes y negociaba su propio bienestar. Con la historia nacional a la vista sería inocente señalar traidores, no alcanzarían las manos y a su vez cualquier señalamiento sería imprudente, insensato. ¿Está mal querer vivir, querer salvarse uno mismo y a la propia familia? Antes de generar cualquier señalamiento sería valioso tomar conciencia y hacer un revisionismo atento.
Luego de horas de debates internos, luego de haber buscado reflexiones entre mi entorno, sin encontrar respuestas, propuestas o sugerencias, una conclusión preliminar se advierte: Aunque resulte desmotivante, es de gran valor que Operación México esté en cartelera. Derrumba mitos, quiebra idealizaciones y llena de preguntas al espectador inquieto,
La película deja una sensación despolitizante, gran causalidad parece el contexto de su estreno, resulta fundamental entonces pensarla críticamente. Lejos de las primeras propuestas cinematográficas, este film ya no presenta ingenuos adolescentes aniñados que persiguen un ideal, sino militantes dispuestos a morir y a ver morir a los suyos, militantes que se chocan con la realidad de altos mandos del poder, oficial o combativo.
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