En el ya clásico El olor de la guayaba (esa larga conversación con su dilecto amigo Plinio Apuleyo Mendoza), Gabriel García Márquez reflexiona: “(…) … siempre he creído que el poder absoluto es la realización más alta y más compleja del ser humano, y que por eso resume a la vez toda su grandeza y toda su miseria. Lord Acton ha dicho que ‘el poder corrompe y el poder absoluto corrompe de modo absoluto.’ Este es por fuerza un tema apasionante para un escritor. (…) … la soledad de la fama se parece mucho a la soledad del poder. (…). La gran pregunta en el poder y la fama, sería entonces la misma: ‘¿A quién creerle?’”
Aquello que plantea García Márquez y, concomitantemente, Luis Agustoni en La medalla de oro es una paradoja que no le va en zaga a las aporía eleáticas: alguien elegido, votado, acompañado –al menos en el sistema de la democracia representativa- por millones de sufragistas está asediado por un velo de irreductible soledad: la soledad del poder. El acierto mayor de la obra reside en que, de modo lúcido y deliberado, sortea el peligro de la predecible facilidad para desandar un terreno más arduo pero más fecundo: no recae en la crítica simplista y panfletaria a un presidente en ejercicio, sino que se repliega en una honda reflexión en torno al poder, delinea los caracteres de un hombre inequívocamente poderoso y radicalmente solo. ¿Qué es lo que se juega en esta dinámica de poder que plantea La medalla de oro?: las relaciones familiares del presidente (una relación con su hija que es tan ríspida como entrañable y que se mitiga con la presencia de un yerno que funciona como mediador de buena voluntad), la traición de los correligionarios, las decisiones fundamentales que oscilan entre dos polos que suelen presentarse en relación de angustiante oposición: la ética y la conveniencia.
La medalla de oro no facilita respuestas, sino que se remite a aquello que se aboca toda obra de arte: plantea los interrogantes necesarios a favor de una dirección y una puesta en escena que sostiene en todo momento la intensidad del texto, junto con interpretaciones que no le van en zaga.
LA MEDALLA DE ORO, de Luis Agustoni
Elenco: Luis Agustoni, Segundo Pinto, Paula Sáenz, Ricardo Levy, Belén Mazzinghi
Dirección: Santiago Rapela
Teatro El Ojo: Tte. Gral. Juan Domingo Perón 2115
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