En los últimos meses fuimos comentando las primeras entregas de Undertaker, el genial western de Dorison y Meyer centrado en una figura “olvidada” del western como ser el sepulturero. Pues resulta ser que no fueron los únicos en ejercer este “rescate”, también los hermanos Frédéric y Julien Maffre centraban paralelamente su obra en la figura del enterrador de cadáveres en el Oeste post Lincoln.
A diferencia de la tira protagonizada de Dorison los Maffre se alejan del thriller trepidante para generar un western preciso y marcado por la melancolía, con una construcción reposada de personajes que se adentra en las cicatrices que esa tierra y esa historia ha dejado en cada uno.
Morrison, Condado Coffey. Kansas, 1882. Stern, el sepulturero es llamado al lupanar del pueblo ara retirar el cadáver de uno de los clientes. La esposa de este, la señora Bening, militante del Movimiento por la templanza (lobby prohibicionista) le pide a Stern que diseccione a su marido y conserve los órganos dañados por el alcohol para poder exhibirlos.
El procedimiento demuestra que la señora Bening tenía razón en cuanto al turbio alcoholismo de su esposo, pero arroja luz también al dato no menor de que no se trata de una muerte natural o por intoxicación sino de un asesinato.
Entretanto se cumplen 19 años de la masacre en la que un ejército de irregulares del bando sudista, sin uniforme ni Estado Mayor, llamados los Bushwackers arrasaron el pueblo de Lawrence masacrando a su población civil. Muchos de los ciudadanos de Morrison conservan recuerdos amargos de la tragedia, algunos marcados en el cuerpo, otros tatuados en sus almas, incluso el apocado Stern.
Sin prisa, pero también sin pausa, el primer crimen se enlaza con la antigua tragedia en una espiral de violencia que va a marcar nuevamente a varios de los integrantes del pueblo y una vez mas el apocado Stern va a tener algo que acotar.
Una novela gráfica dura, con un apartado gráfico, sutil, preciosista en cuanto a los gestual. Una lectura que se empoza en el alma para quedarse y tomar fuerza.
Esperamos poder continuar disfrutando de esta saga y de la obra de los Maffre.
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