A partir del próximo domingo 17 de octubre, el escritor y docente Osvaldo Gallone comenzará un nuevo seminario, esta vez sobre «Cine y literatura argentina». El mismo abordará autores como José Bianco, Bernardo Kordon y Humberto Costantini, entre otros olvidados de nuestro canon. Los asistentes podrán disfrutar, luego de cada encuentro, las proyecciones de las correspondientes versiones cinematográficas, entre cuyos directores están Mario Soffici, Luis Saslavsky y Lautaro Murúa. El seminario tendrá lugar los domingos de octubre, noviembre y diciembre a las 19 hs. en El Tacuarí Tango, Café literario (Tacuarí 1557). Hablamos con el escritor sobre los autores abordados, sobre cine, literatura y la función del arte.

Hace tiempo te dedicas a la docencia y a los seminarios de literatura con mucho éxito en su afluencia y en los seguidores. ¿Cuál es tu propuesta para los lectores asistentes?

Creo que la propuesta siempre ha sido la misma: el puro disfrute. Leer a un autor, situarlo en su contexto, ingresar en los entresijos de su obra, asociarlo con otros autores y otras obras; todos estos pasos siempre han representado para mí un itinerario gozoso. Y aquello que yo espero de cada seminario es contagiar ese goce. En cuanto al público, sí; siempre ha venido en mayor número del que yo tenía previsto. Por tanto, no tengo más que agradecerle la generosidad y, sobre todo, la indulgencia para disimular mis errores. Siempre, de modo inevitable, cuando uno transmite algo que sabe (o, mejor dicho, que cree saber), uno también aprende; y esto también se ha debido a la generosidad de los alumnos.

Contános cuál es el espíritu de este nuevo seminario

Este seminario, puntualmente, me lo ofrecieron impartir en un centro cultural que, hasta el momento, se dedicaba a la danza, en especial al tango; vale decir: un espacio que nada tiene que ver con los ámbitos académicos en los que yo suelo moverme. Me pareció una forma de abrirme a otro público y un pequeño desafío personal del cual espero salir bien librado.

¿Por qué esta selección de autores? ¿Cómo nace?

Para hablar de la selección de autores debo remontarme al año pasado, a comienzos de la pandemia. En ese momento, el director de la Biblioteca Nacional, Juan Sasturain, y el director de Cultura de la Biblioteca, Guillermo David, tuvieron la prodigalidad de participarme de un proyecto audiovisual denominado “Las omisiones”: rescatar autores argentinos que por diversas razones han quedado fuera del canon (dicho entre paréntesis, pocas cosas más arbitrarias, por decir lo de menos, que un canon, en especial un canon literario). De modo tal que acabé por grabar veintisiete breves videos (no más de diez minutos cada uno) que se están subiendo a la página de la Biblioteca con velocidad eclesiástica. Hay autores prolijamente ignorados por las distintas capillas y logias que deciden quiénes ingresan en el terreno denominado “literatura argentina”, pero cuyas obras merecen una revalorización en toda la línea. De hecho, de ese proyecto de la Biblioteca Nacional va a surgir un ensayo al que estoy abocado –ya casi terminando- y que si alguna editorial decide publicarlo se titulará Cartografía de olvidos y omisiones, en el cual estudio las obras de Arturo Cerretani, Hugo Foguet, Estela Canto, Bernardo Kordon o Blas Matamoro, entre algunos otros.

¿En términos entendés la relación entre cine y literatura en Argentina?

Me parece que la relación siempre fue muy estrecha, en especial porque la cinematografía es –y no estoy enunciando ninguna novedad, basta releer los trabajos de Pasolini o Umberto Eco, entre otros, al respecto- una narrativa y la ficción suele tener como punto de partida una imagen. Siempre me parecieron dos artes independientes, pero íntimamente interrelacionadas; es lo mismo, me parece, que se puede decir de la pintura y la literatura. Hay directores (se me ocurre Luchino Visconti, en este momento) cuya labor siempre oscila entre la plástica y la narrativa.

Conviven en vos la reflexión, la docencia y la práctica narrativa, ¿existe retroalimentación entre estos espacios?

Debo admitir que me cuesta mucho establecer una distinción entre ensayo y ficción. Sospecho que la causa es que, al menos en mi caso, son dos prácticas que reconocen una idéntica matriz: la lectura. Escribo ficción porque leo (para aprender a escribir se requiere aprender a leer) y escribo ensayo porque, en ocasiones, deseo dar cuenta de mi lectura. Resulta obvio que los lenguajes son distintos, pero el punto de partida es uno y el mismo. Y agregaría algo más: tanto el ensayo como la ficción exigen, al menos en mi opinión, la misma voluntad de estilo.

¿Se vieron multiplicadas tus lecturas el año de la pandemia? ¿Tu escritura?

Creo que no de manera exponencial. Siempre leí con avidez, desde que tengo memoria. Y en cuanto a la escritura, el ritmo también fue el mismo que el de antes de la pandemia: terminé un par de cuentos, una novela y ahora estoy, como queda dicho, dedicado a este ensayo. Trabajo en la escritura como si fuera una actividad rentada; desafortunadamente, no lo es.

¿Tienen el cine y la literatura una función más allá del goce?

Es una pregunta excelente, pero cuya respuesta no puede dejar de resultar compleja. Ya Kant reflexionaba que “el arte es una finalidad sin fin”. Y me parece que yo me inclino por ese dictamen. Si hay un arte, cualquiera sea, frustrado es aquel que se plantea desde un comienzo “servir para”, aquello que se podría calificar como “arte deliberado”. En contraposición a aquello que sostienen sus más fervorosos continuadores, Marx y Engels jamás se propusieron ponderar la obra de arte con arreglo a fórmulas económico-sociales. Y a mayor abundamiento: es fama que Marx sabía largos pasajes de Shakespeare de memoria, pero de ellos nunca intentó sacar una lección de orden moral que tuviese proyecciones generales. Me atrevería a enunciar que aquello que una obra suscita, lo suscita mucho más allá de las intenciones –si es que las tiene- de su autor.

¿Qué pueden esperar de este seminario quienes todavía no han tenido el gusto de presenciar tus clases?

Si cuando yo imparto un seminario hay una, sólo una, persona que sale de allí conociendo y gustando de un autor que hasta ese momento ignoraba, tal seminario queda ampliamente justificado. Esperemos que éste no sea la excepción.

 

Programa:

ROSAURA A LAS DIEZ, Marco Denevi. Versión cinematográfica: Mario Soffici

LAS RATAS, José Bianco. Versión cinematográfica: Luis Saslavsky

ALIAS GARDELITO, Bernardo Kordon. Versión cinematográfica: Lautaro Murúa

EL BRUTO, Arturo Cerretani. Versión cinematográfica: Rubén Cavallotti

LOS TALLOS AMARGOS, Adolfo Jasca. Versión cinematográfica: Fernando Ayala

LA LARGA NOCHE DE FRANCISCO SANCTIS, Humberto Costantini. Versión cinematográfica: Andrea Testa y Francisco Márquez

Modalidad:

El Seminario se abocará de modo predominante al análisis de los textos (que deberán ser leídos previamente por los asistentes).

Informes e inscripción: 1158468390

Sobre El Autor

Licenciada y Profesora en Letras por la Universidad de Buenos Aires. Escribe poesía, literatura infanto juvenil, y se dedica también a la dramaturgia. Se formó como actriz con Carlos Gandolfo, Augusto Fernándes y Pompeyo Audivert, entre otros maestros. Da clases de literatura, talleres de escritura y de teatro. Co-fundadora y Jefa de Redacción del portal Evaristo cultural, es editora del sello Evaristo Editorial. Como periodista cultural, colaboró a su vez en diversas publicaciones (Revista Crítica de la Universidad Autónoma de Puebla -México-; Agulha Revista de Cultura -Brasil-; Hablar de Poesía -Argentina-, entre otras). Se dedica también al trabajo social. En 2019 recibió la Beca Creación del Fondo Nacional de las Artes para su proyecto Poéticas de la percepción / Entrevistas sobre poesía. Es parte del equipo de Gestión y políticas culturales de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno.

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