No resulta nada extraño ingresar a la habitación de hotel de Andrew Loog Oldham y descubrirlo hablando por teléfono. Es una de las actividades más comunes en sus últimos cincuenta años, más precisamente desde que se inició en el mundo del show business británico y derivados. Pero el caballero inglés ahora está recostado en su cama y luce shorts y sandalias. No hay motivo para alarmarse. Pero sí es toda una sorpresa que le esté comentando a su interlocutora sobre cuánto disfrutó de algunas películas argentinas que estuvo viendo durante su estadía en Buenos Aires. «Oh sí, Ricardou Darín, es fantástic, me encantó ‘El secretou de sus ojes’…” (sic) Es cuando uno se pregunta sobre la pequeñez del mundo en que vive, la globalización, y todo eso. Después de todo éste es el hombre que, desafiando a su informalidad, ostenta el título de haber sido el mánager y productor original de los Rolling Stones durante los cuatro primeros años de la banda, en rigor, los esenciales. Lo cual no es poca cosa. Y además uno de los productores discográficos anglo más emblemáticos de la historia del rock y el pop, junto a su rol de empresario y asimismo, desde hace más de una década, su propio biógrafo, y escritor incorregible. «Y la otra, «Cuentou chinou’, tembién es muy buena. Sí, sí, las compré, cariñou» (sic) Oldham está hablando comunicándose con su esposa en Colombia, país que adoptó como residencia hace ya casi una treintena de años. Y entonces es justamente ahí cuando uno se pregunta cómo es que, después de tanto tiempo viviendo en una nación hispanoparlante, su pronunciación no haga honor a la lengua de su tierra, y entonces no titubee al hablar puro spanglish. «Buenou, hablo un pouco de español, pero hagamos la entrevista in English, OK?» (sic) Seguro, Andrew, desde ya, haremos la entrevista en inglés. Y va a ser extensa. De hecho hablaremos, debatiremos, y hasta perderemos el sentido original de ésta, por algo más de dos horas. Mientras tanto sobre una de las mesas de la habitación de Oldham hay al menos media docena de frascos de vitaminas,y de hierbas hepáticas en grageas (“Debo cuidar mi hígado, es hereditario, viene de mi abuelo”) También hay varios tipos de té inglés en hebras que adquirió en la ciudad, y una bolsa de plástico tamaño familiar repleta de nueces, almendras y avellanas secas, con las que amenizará el encuentro en varias oportunidades. Atónito, Oldham se queja de los precios de los taxis en Buenos Aires. Le digo que no se preocupe, que están a tono con los del supermercado. Habla. Mucho, casi incansablemente, y no le es fácil dejar de hacerlo. A sus casi 70 años de edad, y dueño de una memoria prodigiosa, es un narrador de historias indisputable avalado por un arsenal ilimitado de experiencias y anécdotas que, al fin y al cabo, son el leitmotiv de su trayectoria, aún cuando sugiere estar algo apurado por ponerse a empacar todo lo que compró en la ciudad («Me va a llevar un día completo, siempre termino comprando muchas cosas, las colecciono») Está de visita en la ciudad para participar de una conferencia para la cual fue contratado por una firma local. Y aprovecha para quedarse unos días más en Buenos Aires, ciudad que, declaradamente, le fascina.
Confieso, a lo largo de la entrevista me ví obligado a reprimir mi objetivo básico de formularle casi exclusivamente preguntas sobre sus años junto a los Rolling Stones. Que en definitiva abarcaron menos de un lustro, pero sí fueron los años formativos de la banda. Oldham estuvo allí, casi desde el génesis mismo del grupo, y en cada sesión de grabación o concierto. Desde que el grupo era un nombre más en la escena underground londinense del momento, y hasta su catapultamiento al estrellato, del cual fue, por cierto, parte fundamental. Pero no, es en vano, Oldham prefiere pasearse por su laberinto interminable de historias, y finalmente termina siendo imposible anclar en los puertos que uno eligió. Pero deja en claro que seguramente no faltará ocasión para hacerlo en un futuro. Será Justicia.

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Usted nació en los años ’40 pero es considerado un hombre de los 60s, y básicamente desarrolló su carrera de esa década en adelante. ¿Qué es lo que lo llevó a interesarse por la industria del espectáculo? Sé que siempre tuvo una fuerte atracción por la llamada “cultura pop”. ¿Pero hubo algo más?

Cuando yo tenía nueve o diez años, y no podía viajar en subte por mi mismo, lo hacía con mi madre. Vivíamos en el barrio de Hampstead, en Londres. Había una parte de mí que le tenía pánico al subterráneo, a los trenes, al ruido, al viento que había allí dentro. Para mí representaba el peligro mismo. Pero también porque, durante el primer año y medio de mi vida, si bien no era consciente de ello, cada vez que los alemanes bombardeaban la ciudad, éramos trasladados abajo, al subte, mientras sonaban las sirenas. Realmente no lo recuerdo muy bien. Las personas que son un poco mayores que yo lo recuerdan perfectamente. Como distracción para mí en toda esa experiencia de la guerra lo que sucedió fue…¿Estuviste alguna vez en Londres? ¿Y viste el subterráneo?

Sí, el año pasado, y por supuesto, viajé en subte muchísimas veces.
OK, pienso que el subterráneo es aterrador. Sabés a qué me refiero. Las vías, el peligro…

Bueno, diría que en general es muy angosto. Tal vez esa sea la razón por la que informalmente lo llaman “el tubo”.

Desde ya, es así. Creo que tenés toda la razón en eso. Nunca lo había pensado antes. Es increíble como la gente arriba adonde uno nació y localizan las partes obvias del lugar. Como fuera, me atraían muchísimo los afiches de las películas, ya que generalmente la música no era publicitada. El subte estaba lleno de todos esos pósters de películas, podías verlos mientras bajabas las escaleras, por lo que era toda una distracción, una auténtica fascinación, y me sentí naturalmente atraído por ese escape maravilloso. Particularmente las películas americanas, y en segundo lugar por las palabras del tipo “producida por”, “presentada” o “dirigida por”. Desde ya, sabía que nunca iba a ser John Wayne, ni tampoco…

Joan Crawford…
¡Ni tampoco Joan Crawford! Tal vez Mick Jagger lo sería…(risas) Sabía que no iba a ser James Cagney, o Tony Curtis. Y aparte, durante aquel momento, los americanos ya se habían ido de regreso a casa, y de algún modo los considerábamos seres perfectos. Porque sólo los veíamos en la pantalla, donde tenían diálogos perfectos, iluminación perfecta, e increíbles ganancias.

Quizás sea que tuvieron una impresión más perfecta de lo que realmente era todo eso teniendo en cuenta la situación que por entonces Uds. estaban atravesando en Inglaterra, si es que todo lucía tan gris y oscuro como dice. ¡Y esos afiches coloridos en el subte, entonces, les llamó eventualmente la atención!
Es verdad. ¡Exacto! Vos sabés, en aquel momento en Inglaterra existía una especie de barrera que separa lo mundano de lo real, pero uno lo desconocía completamente, era imposible verlo. El dinero de los americanos se había ido a Alemania.

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Sé que su padre murió en la guerra. ¿Qué edad tenía en aquel momento?
No había nacido. Fui concebido nueve meses antes de enero de 1944, y él había muerto en junio de 1943.

Por lo que entiendo que su madre estaba embarazada de Ud., mientras su padre estaba lejos…
¡Es que él estaba intentando bombardear Alemania! Era un piloto estadounidense. Interesantemente al mismo tiempo tenía su familia en los Estados Unidos, y al mismo tiempo su propia esposa también estaba embarazada, en Texas. Por lo que tengo una media hermana. Nunca la conocí.

Entonces su padre no era básicamente el esposo de su madre…
No, es una de esas cosas, sabés. Su nombre era Andrew Loog. Loog era su apellido. Y Oldham era el de mi madre, pero su madre, mi abuela, había cambiado el apellido original que tenían, ya que habían venido de Polonia y Lituania. Y los judíos que habían emigrado siempre querían parecer ingleses. Así que había dos mujeres embarazadas por el mismo hombre. Y una de ellas en Texas, la Sra. Loog…

(La entrevista se ve interrumpida nuevamente por el llamado del teléfono de la habitación del hotel. Antes había sido su hijo Max, quien vive en Brooklyn, New York. Esta vez se trata de un amigo)

Teléfonos que suenan, es parte del folklore permanente de su vida…
Es todo el tiempo así. Como fuera, los prefiero antes que los celulares. Son terribles. No uso teléfonos celulares cuando estoy viajando.

Lo entiendo, nunca tuve un teléfono celular. De hecho, los odio.
¡Yo también los odio!

¿Y cuál sería el motivo? ¿El resultar ser accesible en todo momento?
Sí. No vivo mi vida de esa forma. No quiero ser accesible todo el tiempo. Me gusta la idea de llegar a mi hotel a las seis de la tarde y preguntar “¿hubo alguna llamada para mí?”

Es que algo del pasado debemos mantener, de alguna manera. Ya es más que suficiente con la internet, con ésto y lo otro…
¡Es lo que quiero! ¡Es lo que quiero! Estaba almorzando este mediodía, y me gusta estudiar a las personas, lo hago todo el tiempo. ¡Y veía todas esas parejas que almorzaban hablando por teléfono! No lo entiendo. Si es bueno para ellos, OK. Pero no lo es para mí.

Hasta podría darse el hecho que lo asalten por un teléfono, sucede bastante a menudo. ¿Cómo es en Colombia?
Hay un lugar al que suelo ir a escalar de vez en cuando, en Bogotá. Y siempre ocurren robos mientras la gente está subiendo. Siempre hay pandillas de chicos jóvenes, de no más de 14 o 15 años de edad. Una vez ví a un hombre mayor que hablaba por su celular, y uno de estos chicos se le acerca y le dice “¿Ve este revólver? Ya mató a siete personas, matar a uno más no haría ninguna maldita diferencia…” La gente me pregunta “¿Colombia es aún tan peligrosa como solía ser?” Probablemente, pero también lo es el resto del mundo. Por ejemplo, hoy día, Manchester o Liverpool, se han vuelto ciudades peligrosas. Básicamente por problemas de alcohol. Y de drogas.

Quisiera retomar el tema de su madre…
Por supuesto. Entonces la esposa del Teniente Loog está embarazada, y su avión es derribado por los alemanes y entonces ella, esta mujer en Texas, le echa un vistazo a su estómago y dice – y esto sólo puede suceder en Texas – “ya seas varón o mujer, te llamarás Andrew Loog” Por lo que el nombre real de mi media hermana es Andrew Loog. ¡Y yo me llamo Andrew Loog Oldham! Cuando publiqué Stoned (N de la R: el primer libro que escribió Oldham) , intenté ser amable y no decir cosas que necesariamente podían herir a algunas personas. Bueno, a algunas de ellas. Y entonces conseguí a esta especie de detective privado que usa Stephen King.

¿Stephen King, el escritor?
Sí, es amigo mío. Esto fue en el año 2000. Pero el detective no pudo encontrarla. Incluso recurrimos a los expedientes de la fuerza aérea en Waco, Texas, y allí me dijeron que yo tenía tres hermanos. No es verdad. Lo contraté para rastrearla, para ver si tenía algún familiar vivo en Texas o en Louisiana.

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OK, pero Ud. dice que se encontró con ellos, que nunca los conoció, pero se mantienen en contacto.
No, no quiero conocerlos. Gracias a la edición de mis libros, descubrí otros familiares en Inglaterra, y esto es realmente divertido. Cuando tenía 10 años, me preocupé por primera vez sobre la pérdida de cabello. Quería ver una foto de mi padre, solo quería ver qué tipo de cabello tenía. Mi madre tenía un hermano, y le pegunté si tenía alguna fotografía de él. “Solamente con su gorra de la Marina”, me contestó. “¿Pero qué sucedió con él?”, le pregunté. Y ella me contestó “Bueno, sabés, hasta que empezó la guerra realmente nunca fuimos muy amigos, así que para el momento en que la guerra terminó, sinceramente no le ví mucho sentido en ponerme a averiguar si estaba vivo o muerto” ¡Eso es terriblemente frío, terriblemente increíble! Ella estaba muy bien conectada, y la fuerza aérea estadounidense le había escrito para informarle que su hermano había muerto. Así que nunca supe mucho, si tenía o no tenía un hermano, si había muerto o no en la guerra, lo que sea. Ahora pasemos al año 2000. Mi libro es editado y alrededor de diez meses más tarde Random House, la editorial, me envía una carta a Colombia firmada por un tal Michael Oldham, que vive en la costa oeste de Inglaterra, en el mismo área en que se filmó Los perros de paja, la película de Sam Peckinpah. La carta decía “No tenemos idea si la hermana de nuestro padre aún vive, pero llegamos a la conclusión que eras parte de la familia, así que fuimos y compramos el libro. Queríamos dárselo a nuestro padre, tu tío, como regalo para el Día del Padre, pero lamentablemente una semana antes de esa fecha tuvo un ataque al corazón, lo llevaron al hospital, y falleció” Esta historia es tan Agatha Christie…

Entonces creo que no debería haber publicado nunca ese libro. ¡Tal vez su tío aún estaría vivo!
No creo, hubiera muerto una semana antes (risas)

Las fuerzas oscuras del universo…
¡Todo eso! ¡Todo eso!.

Por lo tanto no tiene ningún hermano de sangre…
No, gracias a Dios.

Sus cuatro libros son realmente fascinantes (N de la R:: “Stoned”, “2Stoned”,”Stone Free” y “Rolling Stoned”, solamente este último título fue publicado en el país) ¿Pero qué sucedió con Stone Free? Es como si hubiera sido sacado de la venta…
Es así. Ya sabés cómo es que piensa la gente, que los libros electrónicos y el Kindle son el futuro. Sabemos bien que no es así.

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¡Los odio!
¡Yo también! Pero temo que es así cómo las cosas están yendo. La gente piensa que Mac y Apple son solamente el 6%, o el 8% de la industria, pero todo el mundo en nuestra industria las emplea, por lo que pensamos que todo el mundo las utiliza. No es así. Cuando estoy en Colombia, si un técnico tuviera que reparar mi Mac, no sabría cómo hacerlo. De todas formas, cuando Stone Free fue editado como e-book, pensé que se trataba del futuro. Quiero decir, no iba a contratar a un editor cualquiera, ya que un editor común y corriente sólo se interesaría en Harry Potter. Así que se lo dí a un editor, y mi publicista en Inglaterra me dijo “Andrew, si no cuento con una versión tradicional en formato de libro, no voy a poder conseguir que lo comenten en las revistas” Por lo que lo imprimieron. Pero he aquí la desventaja de trabajar con una editorial independiente. Si quieren enviar el libro a otro país, también van a tener que encargarse de los gastos de envío, y de buenas a primeras el libro que vale 20 dólares pasaría a costar 35. Nadie puede esperar que alguien pague tanto por un libro. Entonces le dije al editor “OK, lo intentamos pero ésto no está funcionando, así que abandonemos la idea” Sólo unos pocos fueron publicados, la cantidad suficiente para enviarle a los críticos. O seguramente haya algunos pocos disponibles en librerías independientes en Los Angeles.

¿Se enteró del regreso a escena de los Monty Python?
Por supuesto, pero jamás me gustaron.

Suena extraño escucharlo de boca de un ciudadano británico…
No, es un tema generacional. Prefiero a Lenny Bruce o Ernie Kovacs.

OK, volviendo al tema principal, ahora finalmente sé que fue lo que lo llevó a interesarse en el negocio de la música. Pero entiendo que su primer trabajo realmente importante fue el de asistente de la diseñadora de moda Mary Quant…
Su cadete, en realidad. Ella fue quien puso de moda la minifalda en la high street. Esto es muy inglés, es extraño. Dejame que te lo explique. Es igual que cuando, por ejemplo, si vas a la escuela pública, se piense que es para el público en general. No lo es, es para la gente que paga por ella. Las escuelas públicas en Inglaterra son realmente las escuelas privadas. Y sucede lo mismo con la palabra “high street”. Un barrio pudiente no necesariamente tenga una high street, pero sí la tiene un área de clase media. Una de las más grandes estrellas de los 60s fue la píldora anticonceptiva, que estaba principalmente orientada a las mujeres de la clase trabajadora. Si te acostabas con alguien, no necesariamente significaba que ibas a tener un hijo, sentar cabeza, y tener un esposo que vaya a trabajar. Y Mary Quant hizo esas prendas, las minifaldas, para ese tipo de mujeres. Es lo que en la industria musical llamaríamos “copiar”, pero en términos de moda digamos que estuvo muy influenciada por Coco Chanel. Básicamente era lo mismo. Ella nunca me lo dijo pero, si las ves bien, eran muy similares. Nada es casual. Y sí, ese fue mi primer trabajo.

Por lo que la famosa minifalda inglesa no tenía nada de original…
Sucede que en Inglaterra, antes de los Beatles, no digo que no haya habido nada interesante, pero teníamos una vida de escasa creatividad. Con respecto a los músicos, sólo unos pocos, Cliff Richard, Billy Fury, Marty Wilde, toda esa gente. No existía ni la más remota posibilidad que cualquiera de esos músicos hubieran  sido populares en otros países. Había casos ocasionales como los Tornadoes con la canción “Telstar”, y un par de cosas más. Pero lo que en verdad hacíamos era copiar el pop americano. Pero de alguna manera eso resultaba inaceptable en los Estados Unidos. No necesitaban a Cliff Richard. No necesitaban a Marty Wilde. Jamás íbamos a tener ningún tipo de impacto en ese país. Hasta que aparecieron los Beatles. Fue así de simple. Durante el tiempo en que teníamos a Billy Fury, Cliff Richard, Marty Wilde, y todo ese movimiento pop desde 1958 a 1962, básicamente, y hasta el lanzamiento del primer simple de los Beatles, el negocio del pop tenía que ver principalmente con la moda. Entre Mary Quant, Vidal Sassoon y John Steven, el hombre que básicamente inauguró Carnaby Street, con las tiendas y demás,  de eso se trataba exclusivamente la industria del Pop, y se trató de un invento inglés que también fue exportado. Vidal Sassoon  tenía su propio salón en Hollywood, David Bailey hizo fotos para la revista Vogue, etc. Inglaterra tenía su propia imagen en otros países, pero no tenía que ver con la música.

Entonces el movimiento pop estaba relacionado con la moda antes de hacerlo con la música. ¿Existe alguna manera de lograr una definición más lograda de tan famoso término?
Exactamente, así fue. “Pop” significa volumen, volumen de ventas. Es como pensar entre la diferencia entre una banda y un grupo. Los Herman’s Hermits, por ejemplo, eran un grupo. Nunca fueron una banda. Ví a Peter Noone (N de la R: la figura más emblemática de los Herman’s Hermits) en Vancouver hace algo de 1 mes atrás. Fue fantástico. Existen dos versiones del grupo. Están los Hermits de Inglaterra, con Peter Noone, y en los Estados Unidos está Peter Noone con los Herman’s Hermits, pero no son los Hermits originales.

Pero en los años ’60 había sólamente un grupo llamado Herman’s Hermits…
Sí, eran las mismas personas, pero luego Peter Noone se fue a los Estados Unidos, mientras que el grupo se quedó en Inglaterra. Y aún tocan, pero sin Peter Noone.

Entonces básicamente toda la gente de su generación –músicos, productores, la industria musical en general – están vivitos y coleando…
¡Si, lo están! Lo que quiero decir es, el rap, el hip-hop, no tienen nada que ver con esto, de ninguna manera. Y la gente que hoy día hace música popular no escribe canciones. Un día en Vancouver me crucé en la calle con David Crosby, y lo primero que pensé fue “¡Oh Dios espero que no haya leído mi segundo libro!”, porque escribí bastante sobre él y su relación de ese momento con el LSD. Digo, alguien de esa edad, si son artistas, solo tienen tiempo para ellos. Son David Crosby veinticuatro horas al día, como debe ser. En la conversación que tuvimos aquella vez me dijo “Mirá, es realmente buenísimo, si tenés más de 50, y todavía te podés parar, y recordar las letras, ¡hay trabajo para todos!”

¿Cómo fue el siguiente salto, del mundo de la moda al de la música? ¿Cómo sucedió realmente?
Nunca fui diseñador de moda. No sé realmente como fue que sucedió, de repente estaba trabajando de publicista, junto a gente como Little Richard o Sam Cooke. ¿Increíble, no? Y entonces en los primeros dos meses de 1963, me convertí en agente de prensa representando al mismo tiempo a los Beatles y a Bob Dylan.

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Eso fue cuando le tocó promocionar a Dylan en su primera visita a Inglaterra, lo que podríamos considerar un paso realmente importante…
Dylan estaba haciendo la música de fondo para una obra teatral de la BBC. Averigüé dónde estaba alojado, y luego de golpear la puerta de su cuarto de hotel, ahí estaba junto a Albert Grossman, su manager. No recuerdo ni siquiera remotamente de qué estaban hablando. Pero fuera lo que fuera que discutían, quería éso. Quería esa conspiración, ese matrimonio. ¿Se entiende? Era intoxicante. Nunca me dije “Oh quiero ser manager”, no era tan simple. Pero fuera lo que fuera, lo quería, lo amaba. Quería estar alrededor de todo eso.

Supongo que habrá sido mucha diversión, buenos momentos, y…
Sólamente veinte minutos. Es todo lo que lleva.

Pero Dylan ya era muy conocido en Inglaterra, ¿verdad? Ya estaba en las revistas, en las noticias…
No era famoso en lo más mínimo. Y tampoco lo era en los Estados Unidos. Lo que aconteció fue que un director de la BBC se había ido de vacaciones a New York a comienzos del invierno de 1962. Y le gustaba el jazz y todo eso, y una vez se encontraba en el Greenwich Village, y en uno de los clubs a los que fue estaba tocando Bob Dylan. En septiembre u octubre de 1962, Dylan sólo tenía un disco editado. Entonces este tipo se dirigió a sus jefes de la BBC y les dijo “Estamos haciendo una obra sobre los beatniks” Creo que era algo de Jack London, no estoy muy seguro ahora. “¿Entonces podemos traerlo? Es solamente un tipo” Y lo llevaron a Inglaterra. Lo publicité en el Melody Maker, y probablemente en un par de otras publicaciones. Me dieron quince libras. No pude obtener muy buena publicidad de eso, a nadie le importaba un carajo escribir sobre Dylan.

Quizás la idea de un tipo cantando sus canciones folk con su guitarra no sonaba muy atractiva en aquel momento…
Sólo se interesó al Melody Maker, pero las otras publicaciones pop no lo hicieron. El Melody Maker siempre había estado más interesado en el jazz, el folk, y todo eso. Así que hice ese trabajo durante enero, febrero y marzo y luego, el 28 de abril, fui a ver a los Rolling Stones. Entonces básicamente en los cuatro primeros mes de 1963 estuve representando a los Beatles, a los Rolling Stones, y a Bob Dylan. No estuvo nada mal.

¡Representó a los tres artistas más emergentes de ese entonces al mismo tiempo!
Sí, pero recién caí en la cuenta hace apenas cinco años. Los tuve a todos. Sé muy bien cómo fue que me dí cuenta, de repente me encontré pensando en eso durante el funeral de alguien. Fue a fines del año pasado, en el funeral de Chris Stamp, que fue co-manager de los Who.

¿Le tocó dar un discurso en el funeral?
Bueno, no lo llamaría discurso. Sería algo mucho más humilde. Se supone que uno debe decir unas pocas palabras frente a los asistentes. Y uno de ellos fue, eventualmente, Roger Daltrey (N de la R: el vocalista de The Who). Pete Townshend no asistió porque, como dijo Roger, “Peter está probablemente intentando vender unos libros” Sabía lo que iba a decir en el funeral, pero después dije algo distinto. Y entonces dije “Las grandes bandas…” Y se supone que uno no dice cosas como éstas en un funeral, si uno las dice alguien va a pensar “¿Y éste quién carajo se cree que es?” Porque se trataba, claro, de una ceremonia privada. Dije “Las grandes bandas tienen grandes managers” Y así fue. Brian Epstein (N de la R: el reconocido manager original de los Beatles), por ejemplo, fue el manager perfecto.

¿Definitivamente piensa eso?
¡Oh por supuesto! Lo criticaban todo el tiempo, decían que no sabía nada del negocio. ¡Al diablo con ellos! Fue el manager perfecto. Entonces, en el funeral, dije “Los Beatles tuvieron a Brian Epstein, que fue perfecto…Los Rolling Stones, bueno, yo fui perfecto, y Chris Stamp, a quien hoy estamos homenajeando, junto a Kit Lambert, que falleció antes, eran perfectos para los Who” Y nadie más. ¿Quieren que hablemos de los Kinks?” Y todo el mundo comenzó a reirse, porque los Kinks tuvieron managers terribles, y una pésima discográfica también.

¿Cree que esa es la razón por la que no fueron más grandes y trascendentes de lo que realmente fueron?
Sí, pienso que uno tiene lo que se merece. Sus managers eran aficionados. Uno de ellos era un tipo que trabajaba en bienes raíces. El otro, Robert Wace, no sé a qué se dedicaba por aquel entonces, pero aquí va su historia junto a los Kinks. Wace era de clase alta, y contrató a esta banda –en aquella época tenían otro nombre, the Ravens- para que lo secunden mientras él cantaba para todas esas chicas de su misma clase en una fiesta. Y cantaba canciones de Gerry and the Pacemakers, y los Kinks lo acompañaban, y es como que de repente los miró y se dijo a sí mismo “Son bastante buenos, los voy a manejar” Y así fue. De todas formas las bandas que incluyen a dos hermanos en su formación son siempre un maldito problema. Siempre. Don y Phil, de los Everly Brothers, por ejemplo, hasta los Oasis.

Habrá escuchado el rumor que los Kinks se juntarían nuevamente…
Eso nunca va a suceder. Ray Davies dice lo mismo cada vez que está por hacer una gira solista porque piensa que así va a vender más entradas.

Cuando comenzó a trabajar con los Stones, ellos estaban informalmente representados por Giorgio Gomelsky, pero todo cambió cuando Ud. llegó junto a Eric Easton, y se convirtieron en mánagers de la banda.
Había un periodista llamado Peter Jones que trabajaba en la publicación Record Mirror, que me dijo “Mirá, hay una banda sobre la que estamos por publicar algo, y Norman Joplin, que escribe para nosotros, piensa que son muy buenos y blah blah blah. Tal vez sería bueno que vayas y los veas, Andrew” En verdad me sentía muy feliz haciendo publicidad, pero tuve que ir a verlos aquel domingo. Tocaban en un club en el Station Hotel, que de hecho quedaba en la parte trasera del Station Hotel, en Richmond. Giorgio Gomelsky alquilaba el lugar, donde presentaba sus “Noches de Rhythm and Blues” Así que pensé “realmente no quiero ir” porque, viviendo en Hampstead, supuse que iba a tener que tomar el subte hasta el centro de Londres, y de ahí a Richmond. Y eso, en un domingo, me iba a llevar como dos malditas horas. Y los domingos los pasaba con mi madre. Ella me cocinaba, y me planchaba las camisas. Quiero decir, los domingos eran para quedarse en casa. Nos sentábamos frente al televisor a las 8 de la noche y mirábamos el equivalente británico del Ed Sullivan Show, que era Sunday Night at the London Palladium. Pero entonces quien era mi novia en aquel momento, y que luego sería mi primera esposa, me dijo “Andrew, sabés, hay trenes comunes que te llevan hasta allí, en lugar de tener que tomar el subterráneo, y salen directamente de Finchley Road en Hampstead” ¡Así que podía ir directo! En cierta forma me sentí desilusionado, realmente no tenía ganas de ir pero al mismo tiempo pensé “si no voy, cuando me encuentre el martes con Peter Jones, no va a quedar muy bien que digamos”, ya que siempre estaba intentando venderle mis historias al Record Mirror. En aquel momento no me importaba la escena del Rhythm and Blues, realmente no estaba nada interesado en ella, de hecho jamás había escuchado sobre los Rolling Stones. Así que me fui para allá. Salí de la estación de Richmond y entonces me dí cuenta que, para poder acercarme a la parte trasera del Station Hotel, donde estaba el club en el que tocaban los Stones, no podía hacerlo ingresando al hotel, como suele ser, tenía que dar toda la vuelta hasta la parte de atrás. Y ahí me encontré con un callejón, y mientras lo transitaba, me topé con una pareja que estaba teniendo una pelea, discutían. Y se los veía muy atractivos, y se parecían entre sí, lo que los hacía aún más atractivos. Y entonces ingresé al club, y cuando aparecen los Stones en el escenario veo que el muchacho de la pareja era Mick Jagger que, claro, estaba con su novia Chrissie Shrimpton.

¿Cómo fue que convenció a Dick Rowe (N de la R: representativo de la discográfica Decca Records, famoso por no haberse interesado en los Beatles) de que contrate a los Stones?
Fue muy simple. Porque había rechazado a los Beatles, le había dicho que no. De todas maneras en aquel momento Decca hubiera contratado lo que sea. Hubiera contratado a David Crockett, al muñeco de un ventrílocuo….

Es bien conocida la historia de cómo Ud. alentó a Mick Jagger y Keith Richards a escribir canciones. ¿Qué hay de verdad entonces sobre aquella historia que dice que los encerró en la cocina del departamento en que vivían y los obligó a escribirlas? Nadie mejor que Ud. para confirmarlo, supongo…
Bueno, la historia es real. Pero es como si fuera un acordeón que está cerrado, y que luego se abre. Cambia todo, ¿no? La verdad es que me llevó unos cuantos días convencerlos. En realidad lo que les dije fue “Cualquiera sean los motivos, tienen que ponerse a escribir. Voy a llevar mi ropa sucia a lo de mi madre y, para cuando regrese, tienen que tener algo encaminado” Esto fue cuando Mick y Keith vivían en el departamento de 33 Mapesbury Road. Y lo hicieron. Al principio pensaron que estaba bromeando. Creo que fue Keith que dijo algo así como “qué carajo me está diciendo?” Mi actitud fue la siguiente, “vos tocás la guitarra, entonces podés escribir una canción” Digo, tenían todas las municiones para hacerlo…

Al mismo tiempo descubrió a Marianne Faithfull, y entonces Jagger y Richards le cedieron “As Tears Go By”, que fue el primer hit de Marianne. Para entonces ya se había referido a ela en los medios como “un ángel con tetas grandes”…
Nunca dije eso. Jamás. No hablo así de nadie. Philip Norman (N de la R: uno de los más conocidos biógrafos de los Stones) lo puso en su libro, pero desconozco de dónde lo sacó. No lo dije. Jamás hablaría así de alguien a quien represento.

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Después de todo lo que siempre se ha dicho, ¿cuál es su opinión de los artistas en general?
El noventa por ciento del tiempo están vendiendo algo, y el diez por ciento restante hacen su verdadero trabajo. Por ejemplo, y esto no tiene nada que ver con su autobiografía, a través de los años, excepto durante los últimos veinte, solía leer todas las entrevistas a Keith Richards, y luego me preguntaba “¿Es que no tiene nada más para decir? Sigue repitiendo lo mismo una y otra vez” Entonces luego, cuando me tocó salir a promocionar Charlie Is My Darling (N de la R:  film de los Stones que registra la gira del grupo por Irlanda en 1965, finalmente editada apenas dos años atrás) en los Estados Unidos, realmente no pude creerlo. Quiero decir, hasta el momento particularmente había hecho mucha promoción en los Estados Unidos, pero no tan intensamente como lo estaba haciendo con Charlie Is My Darling. Tuve que participar de dos entrevistas, una para la MTV, y la otra para la CBS. Pero de repente me encontré en la situación de que estaban ensayando las entrevistas previamente, y que entonces necesitaban saber cuáles iban a ser mis respuestas a sus preguntas. ¡Antes de salir en vivo, o bien antes de las entrevistas mismas! Entonces la cosa fue algo así como, me formulaban una pregunta tipo “¿Cuándo fue la primera vez que vio a los Rolling Stones?” Y yo les contestaba, muy sarcásticamente, “Bueno llegó esta ola increíble que hizo impacto sobre mí, y de un momento a otro supe cuál iba a ser mi destino…” (risas) El productor, o la entrevistadora, o su asistente, ¡queriendo saber cuáles serían mis respuestas de antemano!

¿Era del mismo modo en los 60s?
No, para nada, es así ahora. Estamos en la era de, eeh…Cuántas veces en tu vida viste gente siendo entrevistada en TV  diciendo “¡Esa es una pregunta realmente interesante!” Entonces, cuando finalmente la entrevista sale al aire, y sólo porque por causa de esa nueva política ya saben cuáles van a ser tus respuestas, ¡no hay nada que puedas contestar! Hoy día los entrevistadores quieren ser las verdaderas estrellas, y no sus invitados. Quieren ser considerados celebridades, y quieren tener toda la información. Por ejemplo, cuando Keith hace las entrevistas, al final todo lo que queda es un poco de música accidental. Y es aún peor. Siempre hay una productora dando vueltas, ¡y entonces es como si uno no estuviera ahí! Ella le dice al entrevistador “Hacele algunas preguntas que sean más arriesgadas, todavía no le preguntaste nada realmente interesante” Y el resultado de todo ésto es gente como Justin Bieber o Miley Cyrus. Justin Bieber es genial. También lo es Miley Cyrus. La otra, Taylor Swift, fue genial. Y luego se convirtió en una fuckin’ Bette Davis.

¿Le gustan los artistas nuevos adolescentes? ¿Qué puede opinar sobre los discos de esta era?
Pienso que hoy día es realmente difícil hacer un disco que tenga algo de sexo, o que pueda mejorar algo en un mundo que todo es pura tecnología. La tecnología es como un preservativo que actúa sobre la música. No importa si hoy día grabás con cintas, aún así terminará siendo destruido por la tecnología.

Por lo que podríamos aplicar el mismo concepto a los artistas actuales, según lo que Ud. dice. Y reitero mi pregunta sobre la escena actual, ya que estamos.
Bueno, no me gusta ver a Miley Cyrus fumando marihuana públicamente. Nosotros consumíamos drogas, pero de manera progresiva. Comenzamos fumando marihuana, y después pasamos a las anfetaminas, y luego a esto o lo otro. Pero siempre nos fijábamos en los libros de medicina para saber lo que estábamos haciendo. No consumo drogas ahora, pero antes pensaba que la marihuana era inofensiva para las personas que no eran adictos o alcohólicos, pero hoy en día no es la misma marihuana de los 60s. Es química. Y eso es diferente. La comida también está llena de químicos. El pan no es pan. Lo mismo para el pollo, o el pescado.

Keith Richards dice que empezó a consumir heroína porque lo ayudaba a superar su timidez al enfrentar la fama y el éxito. Pocos lo han conocido tan bien como Ud., al menos en los primeros años de los Stones. ¿Cree que esa fama de mujeriego o de fiestero la tuvo bien ganada?
Sí, entiendo que ese fue el motivo por el comenzó a meterse en la heroína. Es igual que cuando Paul McCartney habla sobre John Lennon y dice “Brian Epstein también gustaba de mí” Quiero decir, ¿a quién le importa? Keith tiene reputación de Don Juan. No recuerdo que sea así. Puede que lo haya sido. Si lo fue, fue muy reservado al hacerlo. Mi primera esposa le presentó a su primera novia, Linda Keith. ¡Porque Keith tenía que estar saliendo con alguien! No podía ser de otro modo. Pero al mismo tiempo Linda estaba saliendo con Jimi Hendrix. Lo único que ella quería, en verdad, era aumentar su status social saliendo con Keith. Era muy astuta. Una vez en New York me insistió para que la lleve a cenar, y de ahí fuimos a ver tocar a Jimi Hendrix. Hendrix estaba completamente drogado. O él no tocó esa noche, o bien lo hizo y yo estuve muy confundido. Yo también estaba bastante drogado. Linda se acostaba con Keith, y yo era manager de Keith en ese mismo tiempo, por lo que me pregunté “¿Qué carajo estoy haciendo aquí?” Si Jimi tocó, no le presté atención. Era todo muy confuso para mí. Después del show me fui a mi hotel, y a eso de las 2 de la mañana recibí un mensaje de mi esposa desde Inglaterra que decía “Linda me llamó y me dijo que la habías invitado a salir. ¿Cuál es el motivo por el que invitaste a salir a Linda?” Bueno, las mujeres en el ambiente musical, viste cómo son. Si te fijás en el proceso de escribir una canción, se trata básicamente de dos tipos viviendo juntos,  y componiendo grandes canciones. Ya sea en una habitación, detrás del escenario, o en una van. Durante la mayor parte de sus vidas, no pueden conseguir novia. Entonces tienen novia y pasan a vivir a lugares separados. No importa si son John Lennon y Paul McCartney, o Mick y Keith, o Steve Marriott y Ronnie Lane. Y luego tienen que ponerse a concertar citas para seguir llevándose bien, en lo posible con sus benditas novias fuera de todo eso.

Y eso afecta a las bandas, según su opinión. Como aquel hecho amoroso que involucró a Brian, Anita (N de la R: novia original de Brian Jones, quien luego pasó a ser la de Keith Richards) y Keith…
Exacto. Cuando Allen Klein comenzó a trabajar como manager de negocios de los Beatles, justo estábamos de gira, y yo nunca quise que sus novias nos acompañen. Nunca las quise en las giras, ni tampoco en el estudio. ¡Pero Klein las trajo! Hay todo un tema de distracción, porque un hombre se comporta diferente frente a su pareja, es obvio, y tan simple como eso. ¡Pero Allen Klein las trajo! Así es como son las cosas con los grupos y sus novias. Y entonces luego sucede lo inevitable. Se vuelven famosos, están ocupados, y entonces el proceso compositivo, y en general, se torna todo un problema.

¿Sucedió lo mismo con Humble Pie después de los Small Faces? ¿Marriott y Lane tenían el mismo problema? (N de la R: banda que Oldham manejó tras dejar de trabajar para los Stones en 1967)
Era diferente, y muy extraño. Steve Marriott demandaba que lo adoren. Era él y solo él.

Volviendo a los Stones, ¿mantiene el contacto con alguno de ellos actualmente?

Mantengo escaso contacto con Keith Richards, y generalmente a través de su manager. Él me envía faxes de vez en cuando. Una vez estaba con él en una de estas ceremonias del Rock and Roll Hall of Fame en New York, en los años ‘80, y ví que Billy Joel también estaba ahí. Por lo que le dije a Keith, “Mirá, ahí está Billy Joel, quisiera preguntarle cómo lo hace” Y Keith me dice “¿Para qué querés hablar con él?” A lo que le contesto “Billy escribe sus canciones solo, quiero saber cómo es el proceso de escribir solo” Entonces nos acercamos a Billy, le hago mi pregunta, pero Billy no tiene la más remota idea de lo que estoy hablando. “¿Cómo lo hacés, Billy? ¿Sabés cuando parar? ¿Cuál es tu reacción al hacerlo si no hay alguien junto a vos?” Bueno, mis preguntas nunca podrían haber tenido algún sentido para él, porque así lo hace, jamás va a entenderme. Y Keith dice “Andrew, él no tiene la más puta idea sobre qué estás diciendo, ¡dejémoslo tranquilo de una vez!” Mis preguntas no le resultaban lógicas a Billy porque a él nunca le tocó hacerlo del modo al que me referí antes, que es el de dos personas escribiendo canciones al mismo tiempo.

Un caso similar sería el de la dupla compositiva Elton John y Bernie Taupin…
¡Ojalá hubiesen parado de hacerlo! (risas) ¡Era tan jodidamente aburrido! A lo que voy es, me refiero a los últimos cuatro discos que escuché. El de Paul McCartney, David Bowie, Elton John y Carlos Vives. Nunca los voy a volver a escuchar. Sólo los escuché una sola vez, estoy hablando de sus más recientes trabajos. El tema de difusión de Bowie fue como esas ventanas atractivas de algunas tiendas, pero una vez que entrás al negocio, está vacío. Y respecto a Paul McCartney, tanto sobre el escenario como en su vida es el mejor entretenedor, y es increíble. Pero en los últimos dos años, digámoslo así, de un modo muy educado, mató a John Lennon. Finalmente lo logró. John Lennon muerto no puede competir con la energía vital de Paul. Cuando su ultimo álbum fue lanzado, la mayoría de la gente lo consideró horrible. Pero luego no sé qué sucedió. Algunos de los  críticos de música más renombrados de los Estados Unidos, como Bob Leftsez, de repente cambiaron de opinión, diciendo “¡Oh qué gran disco!” Me llevé el disco a mi casa en las afueras de Bogotá, en la jungla, lo escuché y me dije “¡Estos tipos deben estar jodiendo!” Un disco con cuatro productores, y todo eso. No es que lo esté criticando. Entiendo que músicos como él, o Elton John, tienen que seguir yendo a estudios y grabar discos. Porque cuando teníamos veinte o veinticinco años, estaba esa pasión por hacerlo. Ahora ellos tienen setenta, y es básicamente como una enfermedad. El problema es, cuando gente como ellos graban discos, puede que se sientan jóvenes al hacerlos, pero luego cuando los escuchamos nos sentimos viejos. Me hacen sentir jodidamente viejo, no quiero escucharlos. Ahora bien, los shows de McCartney son grandiosos, por lo que no necesitamos discos nuevos. Irónicamente, recuerdo este disco que grabó Neil Diamond hace unos cinco años con el productor Rick Rubin. Me dije “Oh éso seguro va a estar buenísimo”, y entonces lo compré. Pero Rubin no hizo con Neil Diamond lo que hizo junto a Johnny Cash. Pero es que Johnny Cash se estaba muriendo en ese momento, por lo que es una situación completamente distinta. Hace que la relación y el resultado final sean diferentes. Entonces lo que ocurre una vez que los escuchás, terminás no registrando ni una de las canciones del disco, pero sí empezás a recordar las viejas canciones de Neil Diamond. Y lo mismo sucede con McCartney y su disco “New” Luego de escucharlo, me pasé los dos días siguientes tarareando canciones de los Wings. Y ocurrió lo mismo con el álbum de Brian Wilson sobre Gershwin, “Brian Wilson Reimagines Gershwin”. Solamente una canción suena como Pet Sounds, y es la que de hecho se usó para publicitarlo. El resto es una auténtica mierda. Suena como Alvin and the Chipmunks, es terrible. La gente mayor debería hacer música vieja, es así.

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¿Cuál fue su intención cuando lanzó su propia su propio sello independiente, Immediate Records, en 1965? El listado de artistas que tenía el sello era realmente impresionante. Rod Stewart, Chris Farlowe, John Mayall, los Small Faces, Fleetwood Mac y Humble Pie, entre otros grandes nombres.
Fue muy simple. Me gustó la idea de una compañía discográfica independiente. En verdad estaba copiando la idea de Phil Spector, Red Bird, Leiber and Stoller, Liberty Records, Specialty Records, pero al mismo estaba consumiendo muchas drogas. Y no quise seguir trabajando para Decca Records. Porque todo lo que podían decirme, estando yo tan drogado, me resultaba hilarante. Así que formé mi propia compañía de discos.

Bueno, no le fue tan mal…
Funcionaba muy bien, mientras tuve el dinero para poder financiarla.

Su último libro hasta el momento, Stone Free, está dedicado a Brian Epstein…
Claro, es un libro sobre managers. Porque Epstein fue el primero en lo suyo. De vez en cuando me toca pasar estas situaciones como tener que soportar que alguien dude si Epstein fur un buen manager. Si Brian Epstein no hubiera perseverado y obtenido un contrato de grabación para sus muchachos, no estaríamos aquí. Tan simple como eso. Él abrió la puerta. Recordemos todos los insultos que tuvo que soportar al principio. Había esencialmente dos cosas contra él que resultaban horribles en Inglaterra en 1961 o 1962. Y eran cuando comentaban de manera irrespetuosa que Epstein era judío, y que era gay. Duro, muy duro. En la Inglaterra de esos años ser judío, y además gay, ¡era casi considerado como ir en contra de la ley! (risas)

8Sólo restaba que también haya sido negro…
¡Claro! Pero hasta el mismísimo Paul McCartney también se expresó feamente. Yo estaba junto él en un programa de TV, y Paul dijo “Sabemos que Epstein es bueno en los negocios porque es judío” Así es como pensaba la gente. Pero el asunto es, después del rechazo de Decca, les consiguió EMI a los Beatles. Pero también fue insultado cuando lo trasladaron a Parlophone, porque Parlophone era un sello discográfico para comedias. George Martin era productor de comedias. Produjo a los que fueron los Monty Python de los 50s y los 60s, The Goons, con Peter Sellers, Spike Milligan y Harry Secombe. Martin produjo a un comediante inglés llamado Charlie Drake, que tuvo un éxito muy grande con su versión de una canción llamada “Splish Splash” Además produjo el que fuera el disco más exitoso de 1959, “Goodness Gracious Me”, cantado por Peter Sellers y Sophia Loren. Era todo tan ridículo. Fue un accidente pensar que George Martin podría ser la persona perfecta para los Beatles. Es más, George Martin no estuvo presente en sus dos primeras sesiones de grabación. Fue su asistente quien estuvo allí cuando grabaron “Love Me Do” y “Please Please Me” El asistente levantó el teléfono, llamó a George Martin y le dijo “George creo que deberías venir por aquí, son buenos” Y de ese modo el asistente, Ron Richards, obtuvo su premio consuelo, cuando lo convirtieron en encargado de la división Artista y Repertorio, y luego produjo a los Hollies. Fijate en lo que sucedió en los Estados Unidos. Capitol Records, que pertenecía a EMI, no quiso editar a los Beatles y entonces, de no haber sido porque Brian Epstein continuó, ahora yo no estaría aquí, ni tampoco estaría haciendo radio veinte horas cada semana (N de la R: Oldham conduce su propia programa en la señal radial de internet Little Steven’s Underground Garage), y así es la vida.

Ésta no es su primera visita a Argentina. Su primera vez fue a principios de los años ’90 para producir a los Ratones Paranoicos, y luego trabajó con Charly García mezclando uno de sus álbumes.
Sí. La experiencia con García no fue para nada buena, prefiero evitar comentarios. La historia fue así. A principios de esa década intenté trabajar con un par de artistas colombianos, pero por distintos motivos los resultados tampoco fueron satisfactorios. Bueno, por empezar no debería haber intentado trabajar con artistas cuya inspiración estaba basada en los 80s. Soft Cell, The Human League, etc. En verdad hubo muchos discos de esa época que me gustaron, pero producirlos no iba a resultar buen negocio para mí. No era ese tipo de productor. Interesantemente iba en un taxi ayer aquí en Buenos Aires y en la radio sonaba “Out of Touch” de Hall & Oates. Cuando la canción fue editada en los 80s realmente me encantó, y ahora recuerdo por qué fue así. Hay al menos dos o tres canciones de la era Motown que suenan cuando uno escucha “Out of Touch” Una de ellas es “It’s the Same Old Song”, de los Four Tops. Como sea, me encontraba en Malibu, Los Angeles a principios de los 90s junto a mi esposa Esther y mi hijo Max. Acababa de encontrar a una perrita perdida justo en el momento en que estaban por llevarla a la perrera. Finalmente le dimos medio valium, la metimos dentro de una caja de sombreros y la enviamos a Colombia, donde estuvo con nosotros por casi doce años. Fue el primer perro que tuvimos. En fin. Como te decía, estando en Malibu recibí un mensaje de un tal Cachorro López, que había estado intentando ubicarme. Finalmente hablamos. Me estaba llamando de parte de Juanse de los Ratones Paranoicos. Querían que les produzca su primer disco para Sony. Y entonces vine a Buenos Aires por primera vez. Fue amor a primera vista. Con Buenos Aires, con el espíritu de Argentina, y con los Ratones Paranoicos. Los Ratones y la Argentina me dieron vida, y yo les dí hits. Fue un buen intercambio. Su música era mucho más natural para mí que lo que se había hecho en los años ’80, e hicimos buena música juntos. Los Rolling Stones, Humble Pie y los Ratones Paranoicos, las tres experiencias musicales junto a bandas más importantes en mi vida.

Para terminar, Ud. siempre utilizó un tipo de lenguaje especial cuando escribía los textos que iban en las contratapas de los discos de los Stones, y también en los libros que escribió. Por momentos es un inglés a veces retorcido, entremezclado. ¿Lo hizo intencionalmente?
Mirá, cuando uno escribe un libro es como hacer un disco. Primero tengo que entretenerme a mí mismo.

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Sobre El Autor

Periodista especializado en música y artes desde 1986. Escribió en medios gráficos como La Nación, Página 12, La Maga, Pelo, Metal, Expreso Imaginario, Chicas, Madhouse, 13/20, Pan y Circo, Diario Sur, Revista Rock & Pop, Gente, Rock en Blanco y Negro, Rock N’Shows Magazine, entre otros, y también colaboró en medios radiales y de TV locales, como así también en publicaciones y libros de Brasil, Estados Unidos y Europa.

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